En el embarazo múltiple cada bebé se desarrolla en su propia bolsa por lo que no serán idénticos y pueden no tener el mismo sexo y no asemejarse. El embarazo múltiple se pueden producir en cualquier pareja, especialmente en las que ya tienen antecedentes familiares o los que hacen tratamientos de fertilidad.
Este tipo de embarazo se detecta fácilmente a través de una la ecografía durante el primer trimestre de gestación. Cuando se dan ciertas características como un crecimiento acelerado del útero, una medida más grande del normal, haber realizado un tratamiento de fertilidad puede indicar que en el útero hay más de un hijo. Aunque la gestación múltiple es especial, no tiene por qué ser problemática, pero exige más vigilancia que un embarazo convencional. Aun así, el riesgo de aborto es más grande que cuando se trata de un único feto. Además, se puede dar el hecho que uno de los dos embriones pueda ser eliminado por el organismo durante las primeras semanas antes no se haga la ecografía y pasar desapercibida para la madre, puesto que la gestación del otro feto sigue con normalidad.
En el embarazo múltiple la embarazada manifiesta antes las típicas molestias y tiene más riesgo de sufrir alteraciones como diabetes, anemia o hipertensión, entre otros.
La madre de un embarazo con más de un bebé se tiene que someter a un control ginecológico más intensivo con el objetivo de alargar la gestación al máximo y evitar trastornos y complicaciones. Para alargar el embarazo es vital descansar mucho, tanto de día como por la noche y en determinados casos, el médico recomienda reposo en los últimos meses y no someterse a estrés o fatiga. Tampoco conviene hacer determinados deportes a partir del segundo trimestre, así como no tener relaciones sexuales a partir del tercer trimestre.
Según recomendaciones de los ginecólogos teniendo en cuenta cada caso, normalmente es beneficioso que se aumente de manera moderada las calorías y que se haga una alimentación variada y equilibrada. También dentro de la alimentación no se puede descuidar la ingesta de hierro, yodo y ácido fólico para asegurar el buen desarrollo del bebé.
Al estar sometido además peso y tensión los síntomas típicos del embarazo como las náuseas, los ardores estomacales, las digestiones pesadas, el cansancio, las lumbalgias, ciáticas, estrías son bastante más agudas. Con relación al parto, muchas veces no hay que recurrir a una cesárea para dar a luz los bebés, aunque tiene que ser el médico quien tiene que evaluar el riesgo dependen de factores como la salud de la madre, sus antecedentes obstétricos, la posición de los niños, entre otros.