Todo el tiempo libre que implica el verano hace que hacemos cosas que no podemos hacer a lo largo del año, largas caminatas por la natura, horas de playa y de piscina, excursiones al río...
Cuando salimos en un entorno desconocido podemos partir alguna incidencia por el que es importante llevar un botiquín de verano para poder paliarlo.
- Protector solar: si nos exponemos más del normal al sol nos hará falta un protector solar que debemos ir renovando cada poco.
- Material de cura: material para pequeñas lesiones, cortes y heridas: tiritas, esparadrapo, gasas, suero, tijeras y antiséptico.
- Antipirético y analgésicos: medicación para tratar la fiebre y el dolor. Mejor escoger medicamentos que usas normalmente.
- Antihistamínicos: estar en entornos nuevos y probar alimentos nuevos te puede provocar alguna alergia.
- Antidiarreico: tenemos que cortar a tiempo la diarrea si vamos a zonas exóticas donde no sabemos la calidad del agua.
- Un termómetro: nos ayudará a comprobar y supervisar estados febriles.
- Antiácido: si sufrimos digestiones pesadas es importante incluir un antiácido para evitar digestiones pesadas y ardor.
- Repelente y productos para las picaduras: las picaduras de insectos pueden transmitir dolencias y provocar lesiones a la piel. Para evitarlo tenemos que usar un repelente de insectos, pero también algún producto para tratar las picaduras.
- Medicación de uso diario: si usamos alguna medicación, tampoco la podemos olvidar.