El angioma es una alteración cutánea que puede tener medidas muy diferentes y que normalmente es congénito. Se inicia sin relieve y a medida que crece puede ir cogiendo relieve y se forma cuando hay una acumulación de vasos sanguíneos. Normalmente tiene un tono rojizo y no comporta ningún riesgo.
Algunos bebés pueden presentar uno o más angiomas, que tienden a desaparecer después de algunos meses sin dejar ningún tipo de cicatriz sobre la piel. En cuanto a los angiomas con relieve estos no acostumbran a desaparecer espontáneamente. El dermatólogo puede determinar dependiendo de la medida y el lugar si hay que sacarlo o no. Se puede sacar con láser, quemando-las o bien extirpando-las quirúrgicamente.