A la década de 1970 al 1980 los niños pasaban más de 2 horas al aire libre entre semana y más de 9 los fines de semana sin importar el clima. Un estudio realizado en 2013 encontró que los niños y niñas pasan más de una hora al aire libre entre semana y más de 4'5 los fines de semana, casi la mitad de tiempo.
A menudo nos encontramos que el único momento en que nuestros hijos e hijas están al aire libre entre semana son en las horas de patio de la escuela. Los fines de semana, masas veces, nos contentamos al salir un par de horetes al parque por las tardes.
Cada vez nos cuesta más y más motivar los niños y niñas a salir de casa, desengancharlos de los ordenadores, las mesitas, las televisiones y los móviles para ir a hacer un vuelo al aire libre. Y ya no hablamos cuando decidimos hacer alguna excursión, si no hemos sido una disciplinada familia excursionista que los hemos habituado desde pequeños.
A la cabeza de la semana, realmente nuestras criaturas están mucha rato en espacios cerrados y muy poco al aire libre, un hecho preocupante que afecta a su comportamiento. Richard Louv en su libro titulado "El último niño a los bosques" utilizó el término "trastorno por déficit de la natura" para describir los problemas de comportamiento que desarrollan los niños que pasan muy poco tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza.
Expertos han detectado que los niños y niñas de ciudad son más inseguros, nerviosos, movidos, tienen un peor control de su movimiento, son menos ágiles, son menos autónomos, más impacientes, y pueden presentar problemas de obesidad, estrés, trastornos de aprendizaje, hiperactividad, fatiga crónica y depresión entre otros.
Y es que si observamos el comportamiento de los animales, sin ir más allá, podemos entender que a nosotros y a nuestros hijos nos pueda pasar el mismo. Qué pasa cuando a un animal se lo tiene por un largo tiempo en un espacio cerrado? O nuestros hijos, no habéis observado nunca qué pasa cuando llueve y tienen que pasar todo un día cerrados en casa? Se ponen muy nerviosos.
Vamos a ver pues, cuáles son los beneficios del contacto con la natura en los niños y niñas:
1- Desarrollo de las capacidades motrices.
El poder disfrutar de un gran espacio para correr y moverse pueden desarrollar la motricidad gruixuida sin límites, sin que nadie los esté diciendo que romperán nada, que se pueden hacer daño etc... También desarrollan la motricidad fina cuando manipulan, por ejemplo, pequeñas piedras, palets, hojas y juegan con todos estos materiales naturales desestructurados.
2- Ejercicio físico y hábitos saludables.
De este modo los niños ejercitan su musculatura, oxigenan su organismo, incrementan su capacidad pulmonar etc... Están cogiendo hábitos saludables que permitirán prevenir problemas de sobrepeso y obesidad, y a la vegada, estamos aumentando la probabilidad que este hábito se mantenga en un futuro.
También descargan tensiones, segregan endorfines y los ayuda a dormir mejor.
3- Mejora del estado de ánimo y autoestima.
Denominan "ejercicio ecológico" al ejercicio en presencia de la naturaleza que explican tiene beneficios únicos que van más allá de los beneficios que puede aportar hacer ejercicio físico en un espacio cerrado.
Estudios han encontrado que este ejercicio rodeado de naturaleza produce mejoras cuantificables en el estado de ánimo y autoestima. Por ejemplo, sentir como baja el agua de un río o el canto de los pájaros en el bosque mientras se va en bicicleta o sencillamente andando.
4- Desarrolla la creatividad.
La naturaleza es un espacio ilimitado que despierta la curiosidad de los niños y niñas y su creatividad para explorar y manipular el entorno. Los materiales no son estructurados, y esto permite que la imaginación vuele.
5- Desarrolla la autonomía y la capacidad resolutiva.
En medio de la naturaleza los niños y niñas se vuelven más autónomos, y si no lo son, aprenden a serlo. Por ejemplo, para llegar a un lugar tienen que atravesar un río. Hay que buscar una solución y hay que llevarla a cabo. Esto implica seguridad en un mismo y autonomía para hacerlo, quizás los padres podrán ayudar o quizás lo tendrá que atravesar a solas.
6- Desarrolla habilidades sensoriales y emocionales.
Todos los sentidos se activan y hay un montón de estímulos sensoriales: olores, ruidos, sensaciones etc... que están impactando en su cerebro y creando millones de sinapsis nerviosas. Esto es aprendizaje.
Y también emocionales, como se sienten los niños, pueden sentir sorpresa si ven por ejemplo, salir una lagartija de bajo una piedra, excitación ante el agua fría, alegría al sentir el viento a la cara etc...
7- Aumenta la atención y la concentración.
Esta exploración, curiosidad, este entorno sensorial tanto atractivo hace que los niños y niñas sean capaces de poner atención en aquello más insospechado así como la máxima atención. Por ejemplo, observando un pequeño animaló, una hoja como baja por un pequeño riuet de agua etc...
En definitiva, las excursiones a la naturaleza influyen en el bienestar psicológico y emocional de las criaturas y desarrolla las capacidades intelectuales.
Maria Montessori explicaba que las mayores aportaciones del contacto con la naturaleza: (fuente: La Vanguardia)
Antes de los 6 años son:
- La exploración sensorial
- El enriquecimiento y el control del movimiento
- La mejora del autocontrol
- La mejora de la capacidad para enfocar la atención
- El respeto
Entre los 6 y los 12 años son:
- Aprender a relacionar
- Aprender a observar
- Aprender a pensar de forma razonada
- Aprender a senir-se bien con ellos mismos
A la adolescencia son:
- Contribuye a formar la persona social
- Contribuye a ejercitar la responsabilidad
- Contribuye a ejercitar la libertad y la autonomía
- Los proporciona seguridad
Y no tenemos que dejar de banda la educación en valores. Los niños y niñas aprenden a respetar la natura, a admirar los seres vivos, a convivir con ellos, a valorar las cosas pequeñas y las pequeñas satisfacciones. No todas las cosas gratificantes salen de una mesita o de un ordenador, la mayoría de cosas que nos hacen felices salen de la relación con las personas, la naturaleza y los seres vivos. Un día en familia, sin móviles, compartiendo experiencias, creando recuerdos es un gran tesoro para todos.
Bien pues, así que ya sabéis familias, de la gran importancia que tiene el hecho de que nuestros hijos e hijas hagan excursiones, los sacamos a la naturaleza, y si nosotros no lo podemos hacer, siempre los podemos inscribir en algún grupo excursionista, alguna madriguera o esparcimiento donde lo puedan hacer en grupo.
A partir de la próxima semana desde Padres y Niños publicaremos rutas de la mano de nuestra colaboradora Mari Yo de Pequeñas Rutas para empezar a hacer excursiones por Cataluña en familia.