Hace unos meses se aprobó la Ley de la protección de la Infancia. Una Ley que pretende proteger la infancia de una de las sombras más miserables de la esencia humana: el acoso sexual.
Hay que lamentar que haya que elaborar una Ley como esta, porque cuesta entender que haya gente capaz de abusar sexualmente de otra persona, especialmente cuando esta es menor de edad; pero hay que celebrar su aprobación.
A la gente de bien nos horroriza leer a la prensa las barbaridades que actualmente están a la orden del día: violaciones, drogas que provocan la inconscienci de las víctimas o episodios provocados por las popularmente llamadas mandadas que nos muestran que estos episodios cada vez son hechos menos aislados.
Cuando la problemática empezó a hacerse visible, los maestros y profesores de la escuela donde trabajo asistimos a una formación que nunca olvidaremos que hablaba sobre el tema. Nos hicieron dar cuenta que el abuso sexual podía formar parte de la vida cotidiana de algunos niños y nos dieron herramientas para poder detectarlo. Nos hablaron de la culpa, del silencio, de la vergüenza, de la manipulación y de la dinámica de poder que se establecía entre el adulto y la criatura asediada...
Recuerdo que la charla nos afectó fuerza y que los datos que nos proporcionaron, nos impactaron mucho a todos. El silencio mientras el poniente hablaba era sobrecogedor.
El dato inicial: 1 de cada 5, no deja de rondar por mi cabo desde entonces... 1 de cada 5 criaturas han sufrido, sufren o sufrirán algún tipo de abuso sexual a lo largo de su vida! Y el que es peor... En la mayoría de casos, el abuso se perpetuará en el tiempo sin que las personas del cercando nos damos cuenta...
Cuesta de creer; pero desgraciadamente, los datos están más que contrastados. Y os diré más, los informes explican que estos abusos, en un 70 % de los casos se dan en el ámbito familiar o de confianza de las criaturas... El 70 %!!!! Para ilustrarlo están los testigos de las personas que se han decidido a explicar su caso y que hacen posar los pelos de punta.
Entre los acosadores hay gente de todo tipo: padres, tíos, maestros, monitores, amigos o familiares de confianza... Y las situaciones se producen poco a poco, de forma gradual, minando la intimidad del niño hasta que se cronifiquen sin remedio.
Así pues, os invitamos a todos a tener los ojos muy abiertos. Padres, madres, docentes... Estad siempre bien alerta, porque si los datos son ciertos, si realmente es verdad que las estadísticas no mienten, nuestra sociedad tiene un problema muy grande. Y muy grave.
El poniente insistió en qué es necesario hablar muy claro con las criaturas de todas las edades de estos temas. Empezar cuando todavía son muy pequeños y hablarlos con confianza y seguridad de su cuerpo y del que es y no es aceptable del mismo modo que hacemos cuando les decimos que no tienen que aceptar regalos de desconocidos.
Estos son los dos consejos más importantes que los podemos dar:
- "Tu cuerpo es tuyo y nadie tiene ningún derecho a verlo ni a tocarlo, porque el cuerpo NO ES un juguete."
- "Nadie te tiene que decir nunca que guardes ningún SECRETO respeto tu cuerpo. NUNCA. Con este tema, no hay secretos que valgan."
Y a pesar de que somos conscientes que abordar este tipo de temas resulta delicado y difícil de gestionar, es importante tener claro que no podemos rehuir nuestra responsabilidad de adultos, porque que nuestro silencio puede potenciar el suyo y evitar que expongan abiertamente situaciones que los incomoden o que puedan resultar inadmisibles.
Para saber más
6 Aspectos a destacar de la nueva Ley de protección de la infancia.
¿Abuso sexual y pederastia, hay que hablar en las aulas? Una reflexión sobre si hace falta o no abordar el tema desde los centros educativos.
Un artículo del diario AHORA, del año 2016, con datos desgraciadamente demasiado actuales 5 años después.
"Save" , el curso gratuito que se quiere ofrecer a maestro y educadores para detectar los posibles casos de abuso sexual a las aulas.