Si no nos gusta nada del mundo infantil, vamos mal. Tal vez no sois demasiado de ir al parque, pero no puede ser que os aburrís con sus cuentos, sus canciones, sus paseos y sus comidas. Vuestros hijos necesitan vuestra alegría y vuestro coraje para tenerlos también.
Tenéis que sentir el placer de las cosas de la vida, del sol, del agua y de la arena. Si vosotros os quejáis, vuestros hijos también se quejaran, porque crecerán en medio de esto. Creo que es preferible hacerlos crecer con ilusión y con placer.
Primero, viviréis el placer de los columpios, de los toboganes y de la arena. Después vendrá el placer de andar, de correr y de ensartarse a los lugares. Más adelante, compartiréis el gran placer de la lectura, el lenguaje verbal y la escritura. A partir de aquí, será un mundo infinito, lleno de juegos y de magia, de hojas para pintar y dibujar, de cuentos y de personajes.
Por último, os quiero pedir que tengáis y mantengáis vuestros «hobbies». Es bueno que vuestros hijos os vea leyendo, corriendo, escribiendo, nadando, haciendo fotos, haciendo sudokus, pedaleando, aseando o escuchando música. No solo durmiendo y comiendo.