Siempre he pensado que en verano los niños y niñas tienen que jugar, vivir y no los tenemos que agobiar con demasiado trabajo convencional, porque ellos también necesitan descansar y desconectar.
Aún así, cuando todavía son pequeños cada actividad diaria ya acontece un momento para aprender, y a pesar de que no soy partidaria de los pesados cuadernos de verano repetitivos y sin sentido, sí que soy partidaria de potenciar su autonomía y su curiosidad innata para repasar todos aquellos contenidos que hayan podido trabajar durante el año a la escuela, pero partiendo de las experiencias de su día a día.
Así pues, pueden continuar reconociendo letras, leyendo, escribiendo, contando y sumando mientras vais al mercado a comprar, paseáis por la calle o la playa y leéis los carteles y las matrículas del coche.
La actividad que hoy os traigo seguro que lo habréis visto algunas veces por internet, y a pesar de que parezca sencilla, no quiero sacarle importancia al hecho de que mientras trabajan la motricidad fina están trabajando otros aspectos.
La motricidad gráfica pasa por diferentes etapas y en este caso nos centraremos en las finales, cuando el garabato ya está más controlado y empiezan la etapa en que ya son más conscientes de las formas, las relacionan con el entorno y nosotros como adultos también ya nos es más fácil interpretar aquello que hacen.
Los beneficios de trabajar la motricidad gráfica son varios:
- Mejoran su habilidad manual
- Aprenden a adecuar la fuerza muscular al trazar
- Mejoran su capacidad psicomotora
- Desarrollan la capacidad perceptiva y representativa
- Exploran su lateralidad
- Aprenden sobre orientación y disposición en el espacio, cosa que los ayuda en la representación de las grafías.
La actividad que os propongo es low - coste total, de hecho, si vivís cerca de la playa podéis hacerlo directamente sobre la arena.
En este caso, necesitaremos:
- La tapa de una caja de zapatos
- Sal
Después de poner la sal a la tapa ya podemos empezar a jugar/practicar.
Podéis utilizar el propio cuerpo como la mano, los dedos o el pie si estáis en la playa, como elementos artificiales como palos, lápices,
Si vuestras criaturas todavía no reconocen letras, podéis empezar para interpretar patrones. Podéis empezar por patrones más sencillos de líneas rectas de arriba abajo, de bajo arriba y de lado a lado o hacer patrones más complejas como zig-zag, olas, etc.
Si ya empiezan a dominar la escritura, o su nombre podéis empezar para que escriban las letras de su nombre, la inicial de la madre, el padre, el hermano,
Y si la actividad le gusta mucho, podéis incluso preparar unas targetetes con diferentes patrones o palabras y dejarlo que vaya probando libremente.
Os recomiendo que estéis alerta y os fijáis en qué mano tiene tendencia a escribir, y si es zurdo/na, controláis que empiece los patrones o las palabras desde la izquierda hacia la derecha.
Espero que os guste la propuesta, además, aparte de la parte didáctica también es un buen recurso para volver a la calma o relajarse. No has probado nunca de escribir a la arena? ;)
Hasta pronto!