Que los efectos de la pandemia están pasando factura a la salud mental de niños y adolescentes es un hecho, tal como apuntan los expertos. Según la Asociación Española de Pediatría, las urgencias psicológicas pediátricas han aumentado un 50%, especialmente entre los adolescentes. Los trastornos de la conducta alimentaria son uno de los principales motivos de las consultas y se han vuelto más graves y son más manifiestos en determinadas edades.
Conforme un estudio dirigido por doctores del Hospital Clínic de Barcelona publicado a la revista Molecular Psychiatry, la edad a la cual empiezan más trastornos mentales es a los 14. Esta edad no es casual, puesto que es donde el cerebro experimento cambios madurativos importantes. El mismo estudio apunta que la mayoría de estos trastornos aparecen durante los primeros 25 años de vida, de forma que los trastornos que se manifiestan a la adolescencia tienen que ver con la edad adulta.
Uno de los trastornos más comunes a la infancia es la fobia y la ansiedad por separación en un 25% de los casos y que aparece antes de los cinco años. Existen otros trastornos propios de esta edad cómo la ansiedad, el TDAH y el autismo, mientras que en la adolescencia, los trastornos alimentarios significan el problema más grave y después los trastornos obsesivos compulsivos.
La mayoría de trastornos cómo la depresión, la ansiedad o los trastornos por la conducta de alimentación tienen origen ambiental para sufrir estrés o los episodios de incertidumbre que se están viviendo por la pandemia. Normalmente los trastornos psíquicos se inician con un brote, de forma que después el adolescente quedará expuesto a volver a sufrir otro brote. Entre el 10 % y el 20 % de los adolescentes experimentan trastornos mentales según la OMS y la mayoría ni se diagnosticarán, ni se tratarán cómo se tendría que hacer.