Los conflictos son naturales, no podemos rehuir. En algunos momentos podemos evitarlos, pero cuando estos suceden en el ámbito familiar, sólo hay un camino para conseguir el bienestar; afrontándolos.
Mientras escribo, recuerdo aquella historia de un león que tenía mucha siete y paradójicamente tenía un lago cerca suyo. Pero no todo es tan fácil, a veces la vida nos pone trabas, y al león se le plantó un animal feroz que protegía el agua del lago cuando él se acercaba. Lo intentó en varias ocasiones, pero atemorizado, se retiraba sediento. Cada vez que se acercaba al agua y se inclinaba para beber, aquel animal lo miraba a los ojos y él se alejaba temblando.
Después de horas dudosas, el león se alentó y sin pensárselo mucho, se acercó al lago y adentró la cabeza. Y voilà! Dentro del agua, el animal feroz había desaparecido.
Y así, recordando esta historia que habla de miedos y de cómo las superamos, pienso que los conflictos, suponen un afrontament de los miedos, de los hábitos, de las costumbres y la única manera posible de cambiarlos, es cambiando nuestro comportamiento. Hay varias teorías en la mediación, algunas hablan sólo de solucionar el conflicto concreto, yo creo más en la transformación de las relaciones. Y la única manera posible de hacer esta transformación es encontrar las herramientas en aquello que causa el conflicto y que al mismo tiempo lo puede solucionar; nosotros mismos.
[su_quote]Los conflictos suponen un afrontament de los miedos, de los hábitos, de las costumbres y la única manera de cambiarlos es cambiando nuestro comportamiento[/su_quote]
Esta es mi creencia, quizás porque toda yo soy muy emotiva. Baso mi trabajo en los recursos que nos ofrece la inteligencia emocional, de allá surge todo el que mueve el mundo! Todo aquello que nos regula a nosotros mismos y que establece nuestras relaciones interpersonales. Conocer como pensamos, como sentimos y cómo actuamos e intentar encontrar la coherencia en estos tres niveles nos ofrece no tan sólo un bienestar individual, sino unas habilidades sociales que retroalimentan este bienestar. Ay si todos tuviéramos estas herramientas al alcance! Quizás los conflictos no serían silenciados y se podrían hablar, como quienes habla de ir a comprar el pan.
Pero para tratar los conflictos del día a día, hay que conocer como funcionamos intelectualmente y emocionalmente y entender como se desarrolla un conflicto, del más pequeño al más gordo.
El conflicto tiene tres fases, la subida, el estancamiento y la bajada. Así de sencillo. Ahora bien, dentro de cada una de estas fases, nuestro cerebro emite trampas y nuestras emociones se disparan haciéndonos perder un poco el norte. Controlar las emociones nos permitirá regularnos y poder gestionar la situación.
El cerebro es "punyetero", y como os he dicho, emite trampas, procesos cognitivos que nos hacen confundir la realidad. De este modo, realizamos una percepción selectiva, cuando sólo vemos aquello que nos reafirma el que ya creemos anteriormente. Es una buena estrategia para tener siempre razón pero, evidentemente, te trae de morros al estancamiento del conflicto.
También nos encontramos con la trampa progresiva, que hace que las perspectivas de las personas se alejen hacia esos contrarios.
[su_quote]Controlar las emociones nos permitirá regularnos y poder gestionar la situación[/su_quote]
Por último, el proceso cognitivo que me gusta más explicar: la profecía que se autoacompleix, que consiste en qué aquello que creas como cierto, lo acabará siendo en sus consecuencias. Esta me gusta especialmente, porque me hace pensar en Pigmalió, un escultor que se enamoró de su escultura. Le hablaba, la mimava, la besaba....creía que era real, hasta que una noche, se convirtió en mujer. Esta historia tan bonita, no siempre lo es, quizás como el rey Mides que deseaba y que después se arrepintió, hay que tener claro que la mente es poderosa y aquello que creamos como real....lo puede acabar siendo.
Ya veis que resolver un conflicto no es sencillo, jugamos contra nuestros miedos, nuestros límites, nuestra carencia de recursos y por si fuera poco, contra nuestro propio cerebro. Pero el saber, nos permite avanzarnos, entender que la realidad que uno voz, no siempre es la absoluta y que hay que vigilar mucho con el qué uno piensa porque se convertirá en creencia y las creencias en realidad.
La mediación familiar ofrece estos recursos y estos conocimientos y me ha enseñado que todos tenemos un león adentro, y también que incluso el león más fuerte, también tiene miedo. De momento cantaremos la canción, en casa, llamando muy fuerte y diremos: El león no da miedo, palmo y pipa, palmo y pipa!