Cuando es de importante establecer una rutina o unos hábitos en nuestra familia y a nuestro día a día?
La rutina es la costumbre de hacer una cosa de una determinada manera con unos horarios previamente condicionados.
Los hábitos son rutinas que nosotros mismos incorporamos a nuestra rutina diaria para conseguir una mejor calidad de vida.
Cuando somos jóvenes, la palabra rutina tiene unas connotaciones claramente negativas. Lo asociamos a palabras como monotonía y aburrimiento.
A medida que vamos creciente, la palabra se llena de matices positivos, porque se acaba identificando con orden y cotidianidad, aspectos que de grandes valoramos mucho más.
Hay quien no soporta la rutina diaria, se estresa cuando ve que día detrás día las dinámicas se repiten.
A el contrario, hay quién la necesita, porque cualquier situación nueva lo incomoda o le crea inseguridad.
En cualquier caso, está claro que la rutina, es también una señal que las cosas rutllen. Y tenemos que estar contentos y agradecidos de poder disfrutar de ella el máximo posible.
Como madre y como maestra he constatado que las rutinas son buenas por el crecimiento, porque ayudan a dar seguridad a los niños, por lo tanto, tenemos que proporcionar rutinas diarias adecuadas a nuestros hijos y alumnos a cada una de sus edades, para que finalmente, cuando sean adultos, sean capaces de ajustar y asumir con alegría las rutinas que los tenga que tocar vivir en un futuro.
Las rutinas diarias son variadas dependiendo de la vida laboral, familiar o personal de cada cual. Dependen de muchos factores: del tipo de trabajo que tengamos, de nuestras obligaciones, de si tenemos o no salud y de nuestra situación económica y personal. Normalmente, las rutinas son ineludibles y no siempre dependen de nosotros, por lo tanto las tenemos que asumir porque forman parte de nuestra realidad (el horario de ir a la escuela, de entrar al trabajo, de los comercios donde tenemos que comprar ). Los hábitos, en cambio, los podemos elegir y nos los podemos autoimposar para mejorar nuestra calidad de vida o los resultados de aquello que queremos conseguir.
Sea como fuere, las personas tenemos que acabar haciendo frente a nuestra rutina diaria particular y el mejor es conseguir que nos guste el máximo posible para vivir más contentos.
Así pues, para facilitar que nuestros hijos y nuestros alumnos vivan de la forma más positiva posible sus rutinas, tendremos en cuenta las siguientes consideraciones:
1.- Que cada cual tenga claro qué tiene que hacer diariamente de forma ineludible y hacerlo con la mejor actitud posible:
Quitarse con tiempo, almorzar de forma saludable, cumplir el horario laboral o escolar
Tenemos que dejar claro a los niños qué son sus obligaciones y los tenemos que hacer entender que dado que a veces no tenemos la opción de elegir, hay que hacer las cosas con buen ánimo mirando de sacar siempre el máximo provecho posible.
2.- Que cada cual encuentre la mejor manera de planificar y organizar sus rutinas:
Tenemos que enseñar a nuestros hijos todas las herramientas posibles para que aprendan a ser autónomos y organizarse con la manera que los tiene que resultar más práctica: utilizar la agenda, hacer listas, utilizar programas informáticos varios o apps especializadas.
3.- Intentar ser disciplinados dentro de lo posible.
Es el punto más difícil de lograr. La disciplina, el esfuerzo y la fuerza de voluntad requieren tiempo y paciencia y hoy en día los adultos disponemos muy poco de las dos cosas. Dicen que hacen falta 21 días porque el cerebro incorpore un hábito y lo reconozca como propio. Pero la constancia es una calidad muy difícil de lograr. Si como adultos no la tenemos, tenemos que procurar que los niños la vayan adquiriendo poco a poco, marcando objetivos pequeños que iremos ampliando progresivamente. Y es importante que al principio nos tengan a su lado y los ayudamos a conseguirlos.
4.- Pensar que la rutina también puede ser flexible si es necesario.
No nos tenemos que sentir esclavizados. Hay cosas que no se pueden alterar (como la hora de entrar a la escuela), pero si en algún momento hay que modificar alguna pauta porque surge un imprevisto, hay que saber reaccionar.
A la vida nos tocará improvisar un montón a veces; por lo tanto, alterar nuestra rutina algún día si es necesario, no nos tiene que angustiar ni crear estrés.
5.- Incluir a nuestra rutina diaria alguna actividad que no nos venga impuesta.
Tanto los adultos, como los niños, tenemos que tener un rato libre diario para dedicar al recreo.
Oxigenarnos un poco, y procurar no sacrificar este rato poniendo como excusa la carencia de tiempo.
Hay personas que son muy disciplinadas y saben cumplir los tempos que se marcan. Yo las envidio y admiro profundamente porque a mí me cuesta bastante cumplir mis propósitos. Y es por eso que valoro mucho los consejos y pautas que otras dan al respeto.
Cada etapa de la vida comporta unas rutinas determinadas. Os deseo mucha suerte con las vuestras.
Saber asumirlas cuando toca y cambiarlas cuando es necesario es un arte que no se enseña en ninguna parte.
Las rutinas son claves para conseguir sentirnos mejor con nosotros mismos y con todo aquello que nos rodea.