Montaña rusa de emociones durante el confinamiento

Para ayudar niños y no tan niños a gestionar este desequilibrio de emociones es importante reconocer y admitir ante ellos que a la mayoría de adultos nos pasa el mismo

Ya hace unos cuántos días que estamos confinados y todos juntos empezamos a hacernos una idea de la magnitud de la situación. Las noticias que cada día nos llegan nos sobrepasan; pero intentamos sobreponernos y salir adelante. Todos lo sufrimos y vivimos como podemos. Niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Día detrás día vemos como el mundo donde vivíamos se está hundiendo y nos cuesta dar crédito. Observamos el nuestro cercando y un montón de sensaciones y sentimientos se nos mezclan en nuestro interior.

Para ayudar a las criaturas a gestionar este desequilibrio es importante reconocer y admitir ante ellos que a la mayoría de adultos nos pasa el mismo. Poner nombre a las sensaciones y hablar en voz alta ayuda a coger fuerza. Y hacerlo con alguien a quien le pasa el mismo, da consuelo y suaviza la sensación de impotencia.

A continuación hacemos un listado de sentimientos que podemos sentir estos días. Hablar con los niños y jóvenes de la casa nos puede ayudar a todos a superar los peores momentos que, sin duda, serán inevitables:

  • Miedo. Miedo a vernos afectados de forma directa por la enfermedad. Miedo por nosotros o por nuestros seres queridos... El miedo es inevitable y es bueno explicar a los niños que es normal sentirla; pero que no nos tiene que paralizar. Hay que hacer caso de las indicaciones y, en el caso de enfermedad, hay que explicarlos que es necesario confiar en la sanidad y en la fortaleza del cuerpo humano, que siempre nos puede sorprender.
  • Envidia. Cuando vemos por las redes que otras viven confinamientos más confortables que el nuestro, o esto pensamos cuando nos comparamos... En este caso tenemos que explicar a los niños que la envidia es un sentimiento inevitable y reconocer que tenemos es importante para combatirla. Hay que reflexionar y recordar que las comparaciones siempre son odiosas y muchas veces injustas, porque no podemos saber nunca del cierto cuál es la situación real de los otros.
  • Culpa. Cuando vemos que nos quejamos injustamente porque tenemos envidia, porque nos aburrimos o porque estamos nerviosos. Entonces no podemos evitar pensar que somos injustos porque hay gente que lo está pasando peor que nosotros y nos damos cuenta que no tenemos derecho a quejarnos. Ante la culpa, hay que sacar hierro y explicar a los niños que la culpa también es un sentimiento normal que tenemos que saber perdonar, porque no nos beneficia.
  • Agradecimiento. Cuando vemos a tanta gente dispuesta a ayudar y colaborar con los otros. Y cuando nos damos cuenta de cómo de afortunados somos para poder pasar un confinamiento sin tener que sufrir por las necesidades básicas, a pesar de las incomodidades que nos puede suponer. Hay que recordar a los niños que el valor de la gratitud nos tiene que acompañar siempre, porque nos hace mejores personas.
  • Incertidumbre y angustia. Cuando nos damos cuenta que nada está en nuestras manos y que no podemos controlar la situación. Ante la incertidumbre y la angustia, hay que explicar a los niños y jóvenes que la vida siempre había sido incierta, a pesar de que no nos dábamos cuenta; pero que ante una emergencia de estas características, hay que confiar en la ciencia y en todas las personas que están trabajando para encontrar el remedio para superar esta crisis.
  • Solidaridad. Sentimiento que nos invade cuando vemos la bondad humana y nos hace sentir orgullosos de los profesionales y gente anónima que se desvive para hacer mejor la vida de los otros.
  • Calma. Sentimiento que buscamos desesperadamente mediante técnicas de relajación y ofertas de ocio (lectura, juegos, música, películas) que nos hacen dar cuenta de la importancia de los momentos de desconexión para encontrar la estabilidad que tanto necesitamos.

La lista sería infinita: Optimismo, pesimismo, apatía, desazón, descontrol, paciencia, impaciencia... Gestionar todo este maremágnum de emociones no resultará sencillo, pero estos días de confinamiento nos convertiremos en expertos. Hablar entre adultos y hablar con los más pequeños o adolescentes de la casa nos tiene que ayudar a todos...

Para ayudaros con la gestión de las emociones, os hago llegar un par de enlaces muy interesantes, que os pueden ayudar a aligerar los ratos de crisis que inevitablemente debe de haber en todas las casas de todas partes.

  • La página SiguesTu, que plantea varias opciones para trabajar desde casa las emociones estos días de confinamiento. Alguna de las actividades que propone es muy sencilla de llevar a cabo y probablemente, fuerza efectiva.
  • La página de Fundesplai ofrece una guía de actividades para organizar el día. Ofrecen muy buenas ideas. A la número 11 habla del yoga y la relajación para niños y te trae a dos enlaces que os permitirán practicarla con vuestros hijos.

Mucha suerte, muchos ánimos y que la fuerza, la paciencia y sobre todo LA SALUD, nos acompañen.

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