Cada vez es más difícil sobrevivir en pareja y los motivos son bien diferentes: los estilos de vida que traemos, el montón de posibilidades que nos abre nuestra sociedad actual, la crisis de valores, la desaparición del concepto de reparación y seguramente otras muchas circunstancias más, que hace que nuestras relaciones de pareja sean inestables y que el número de rupturas vaya aumentando año tras año.
La buena noticia es que a pesar de esta inestabilidad y fragilidad las personas continuamos creyente en la pareja como una parte fundamental de nuestra felicidad y bienestar.
Las causas por las cuales una pareja puede entrar en crisis pueden ser muy diferentes, entre las más frecuentes se puede destacar: el desamor, la infidelidad, la llegada de un hijo, la educación de los hijos, los conflictos familiares, los problemas económicos, la insatisfacción sexual, la monotonía, .
Tenemos que entender las crisis como una parte fundamental de la convivencia y que requieren la atención y el esfuerzo de los dos miembros de la pareja para superarlas y conseguir que la relación salga fortalecida.
Algunas crisis son inevitables pero otros es pueden evitar cuidando nuestra relación día a día, entendiendo que la relación de pareja necesita una estabilidad pero también una renovación constante, donde cada miembro pueda crecer y evolucionar compartiendo con el otro su vida.
Y como lo podemos hacer?
- Practicando una buena comunicación (ver artículo anterior http://paresinens.cat/familia-jp/4-errors-comuns-comunicacio-parella/)
- Teniendo un proyecto en común de vida compartido, donde la pareja tenga planes a corto medio y largo plazo.
- Buscando intereses comunes. Compartir alguna actividad en pareja (hobby, deporte, baile ) una vez a la semana fortalecerá la complicidad.
- Equilibrando el espacio de pareja con el espacio familiar y el espacio individual, sin descuidar cabe de ellos puesto que unos se enriquecen de los otros. Se puede organizar el tiempo según del que disponemos pero nunca dejar ningún espacio sin atender.
- Desarrollando nuestra capacidad de escuchar y de empatitzar con el otro, fijando un tiempo diariamente para hablar del que le preocupa a la pareja.
- Demostrando al otro interés auténtico y respeto.
- Poniendo límites a la familia para evitar conflictos, cada miembro a su familia.
- Perdonando al otro y reparando los aspectos de la relación que no nos gustan, sin dejar pasar el tiempo pensante que se arreglarán sin nuestra intervención.
- Reduciendo el malestar y la tensión, utilizando el humor.
- Trabajando la tolerancia en la frustración generada para no explicar nuestras expectativas al otro.
- Mejorando la sexualidad: tomando compromisos de las dos partes a tomar la iniciativa, hablando de sexo, aumentando la frecuencia, desmitificando el orgasmo y potenciando el placer de los sentidos, trabajando la creatividad
- Y sobre todo promover el afecto y el agradecimiento por encima de todo.
Si todos estos recursos no funcionan y nos damos cuenta que la relación se encuentra estancada, hay que pedir ayuda en un profesional que haga tomar conciencia y responsabilidad sobre el que hay que hacer para mejorar la relación. En un 70% de los casos la terapia ayuda a que la pareja salga fortalecida de la crisis.