Como promover la crianza positiva sin autoritarismo ni permisividad?

Com promoure la criança positiva sense autoritarisme ni permissivitat- Pares i Nens

Cuando los niños dejan de ser bebés y empiezan a moverse explorando el territorio se vuelven muy activos. Has pasado de supervisarlos a casi perseguirlos por los pasillos. Su curiosidad está desbordada y sólo hacen que preguntar, investigar e imitar todo el que ven. Es normal, están descubriendo su entorno y su propio cuerpo. Todo es nuevo y maravilloso!

Y entonces aparece uno de las dudas más frecuentes en las madres y padres: tengo que ser muy autoritario diciéndole qué tiene que hacer y que no o lo tengo que dejar que lo descubra por él solo? Dónde es la línea entre ser demasiado dominante o demasiado permisivo?

A veces la falta de tiempo y el estrés puede hacer que acabes haciendo tareas habituales de tu hijo sin darle la oportunidad que las aprenda por él mismo. Por una parte quieres que tu hijo sea más autónomo y se vaya espabilando pero, por otro lado, no tienes todo el día porque se vista solo!

[su_quote]El reto de los padres y madres en esta etapa es adecuar las experiencias que ponéis al alcance de vuestros hijos siendo conscientes que vuestras conductas y actitudes son el modelo sobre el que el niño adquirirá un comportamiento social [/su_quote]

Es decir, el niño está aprendiendo habilidades como convivir, relacionarse, estimar, respetar y hacerse respetar, autocontrolar-se, autoregular-se, disciplina, pedir, pactar, ceder, dirigir,... Y las criaturas siempre están aprendiz. Siempre. No cuando te lo propones, sino con cada acción que haces y cada palabra que dices, aunque creas que no se están dando cuenta.

Ser consciente de esto te puede hacer ser más prudente a la hora de criar tu hijo o hija, pero a veces es una losa demasiada pelmaza a tus hombros. A menudo el autoexigència de ser un gran ejemplo por tus hijos y ser la madre o padre perfecto te juega malos pases.

Quieres que tengan la mejor experiencia como hijos e hijas posible, que no sufran, que tengan una vida fácil y protegerlos de cualquier trauma. Pero si te relacionas desde aquí con ellos es fácil caer en la sobreprotecció. Y por otro lado las emociones que te invadirán a tú serán el miedo, la duda y la culpabilidad. Criar desde este estado mental y emocional no es precisamente sano, ni para tú ni para tus hijos.

Así que

[su_quote]aquí el tema es preguntarte: cómo estoy enseñante? Estoy enseñando desde el respeto y la confianza o desde el miedo?[/su_quote]

No es fácil marcar límites y responder de forma respetuosa todas y cada una de las veces que tu hijo o hija hace de las suyas. Se te escaparán gritos, malas caras, amenazas,... es como te  criaron a tú y reaccionas automáticamente cuando eres al límite. Aunque no quieras.

Así que

[su_quote]para marcar límites desde el respeto e impulsar la autonomía de tus hijos sin caer en la autoridad rígida ni la sobreprotecció lo más importante es gestionar tu propio estado emocional[/su_quote]

Si estás con un estado de agotamiento, rabia o impotencia... cruces que te será fácil responder de forma proporcionada, con empatía, amor y respeto? No mucho.

Para acceder a tus mejores recursos de crianza positiva no puedes estar secuestrado emocionalmente. Es entonces cuando reaccionas de una forma que no te gusta y después te sientes culpable e intentas compensarlo de alguna manera.

Cómo que tus hijos e hijas aprenderán a autogestionarse y a responder a las situaciones aprendiendo del que ven y no del que dices, te propongo que pongas tu foco al tener la mejor gestión mental y emocional posible.

Así todo el que leas, practiques y aprendas de disciplina positiva podrás aplicarlo con más facilidad y éxito, y como resultado sentirás menos frustración y más plenitud.

[su_quote]Cuando estás secuestrado emocionalmente reaccionas de forma que no te gusta, intentando compensar la culpa que sientes de alguna manera u otra[/su_quote]

Qué tienes que tener en cuenta para mantener un estado emocional y mental más coherente con el tipo de crianza que quieres practicar?

1) En primer lugar acepta que te equivocarás y responderás de forma imperfecta muchos golpes

Es así y no tiene nada de malo. Es parte del proceso de aprendizaje y no hay otra manera de aprender a responder de forma respetuosa y positiva que equivocándote y aprendiz del error.

Cada vez que respondas de forma imperfecta hazte tres preguntas:

  • Qué ha funcionado?
  • Que no ha funcionado?
  • Qué puedo mejorar?

Des-hazte de la culpa por no haber actuado cómo querías y ve corrigiendo a medida que actúas de nuevo.

Si lo haces así le estarás regalando un tesoro a tus hijos: la capacidad de aprender de los errores y la aceptación que no somos perfectas y que no hay que serlo, podemos equivocarnos y crecer con cada error. Y todavía más importante, te estarás liberando a tú y a tus hijos de la culpa, una emoción inútil que te ancla al pasado y te impide ser proactivo y acceder a tus recursos.

2) Sé consciente de qué sido emocional tienes en aquel momento

Tu respuesta dependerá de tu estado y si estás al límite será muy difícil dar una respuesta respetuosa.

Si estás a punto de estallar para un momento y plantéate rápidamente de qué manera podrías cambiar tu estado emocional y evitar un desastre. Si estás con compañía, plantéate ceder por unos momentos el control de tus hijos e irte 5 minutos a otra sala para calmarte. Puedes hacerlo informando directamente: «ahora estoy demasiado enfadado contigo, necesito irme 5 minutos y estar solo».

3) No reprimas tus emociones porque cuanto más quieres apagar tu enojo, más crece

No se trata de reprimir las emociones, el que queremos es darle un espacio controlado, soltarlo en la intimidad porque un golpe expresado te sea más fácil tener la respuesta adecuada y coherente con la forma en cómo quieres educar.

Pero si estás solo como te lo haces? Pues rompiendo el patrón.

Te recuerdas de aquel anuncio en que una madre está con su hijo al súper y el niño se echa en tierra y se pone a llamar, y la madre hace el mismo? Pues esto es romper el patrón. Hacer una cosa totalmente absurda o incoherente en aquel momento: ponerte a cantar, saltar, recitar un poema, ... el efecto de esta técnica es hacer un «reset» a la situación porque tu estado emocional cambie y puedas gestionarlo más fácilmente.

4) Tener claro que tu hijo no es tu enemigo y que no hace las cosas para provocarte

Sé que mucho golpes pensarás que te está provocando y automáticamente te puede salir una etiqueta (es un «marrano», es una provocadora, es un trasto, no para...). Esta reacción, lejos de ayudarte a tener respuestas ajustadas a las situaciones, hace que prejuzgues y actúes en consecuencia al juicio. Y, a la vez, tu hijo o hija actuará para responder en las expectativas que tienes sobre él/a, es el famoso efecto Pigmalió.

De hecho esta supuesta provocación es una estrategia que tu hijo adopta para cubrir sus necesidades de reconocimiento, validación y conexión, y es así como tienes que leer su conducta.

Confía que el niño tiene ganas de hacer las cosas correctamente y que siempre actúa para cubrir sus necesidades primarias y de la mejor manera que sabe. Nadie pide el que no necesita, porque las necesidades satisfechas no motivan.

Así que

[su_quote]ante una situación en que te sientas retado por tu hijo/a recuerda que está actuando para cubrir una necesidad suya y la pregunta que te puedes hacer es: qué necesidad me está intentando expresar y de qué manera respetuosa le puedo cubrir?[/su_quote]

5) Impulsa su autonomía: facilita que haga, piense y decida todo aquello que está a su alcance

Que no es el mismo que dejarle hacer el que quiera. Cuando dejas que tus hijos o hijas hagan el que quieren los estás pasando tu responsabilidad, y es demasiado grande.

Cómo puedes ayudarlos a ser autónomos sin caer en la complaença?

1) Repasa un cuadro de capacidades por edades

Será una guía que te ayudará a no despreciar las capacidades de tus hijos. Puede ser que asumas que las criaturas de 3, 4 y 5 años tienen menos competencias, o más, y se pueden crear expectativas poco realistas (demasiado bajas en algunos aspectos y demasiado altas en otras).

2) Sustituye las órdenes por avisos y descripicions

La mayoría de niños y niñas reciben órdenes continuamente y casi nunca los hay que pensar qué tienen que hacer. Para contrarrestar esto puedes sustituir las órdenes por avisos y descripciones, por ejemplo, en ninguna parte de decirle «apaga la luz!» describe: «la luz está encendida». Así apelas a su responsabilidad y le mujeres la oportunidad que actúe en consecuencia.

3) Dale tiempo

El ritmo de un niño es diferente al de un adulto. Muy diferente. Si esperas que se vista solo dale más tiempo del que utilizarías tú, porque necesita más.

4) Baja tus expectativas

No esperes que aprenda el que quieres rápida y fácilmente. Centra tus esfuerzos al adecuar el que le pides a sus capacidades y tengas en cuenta que puede ser que no lo haga como te esperes. Así tu mente estará abierta para recibir el presente tal y cómo es y no tal y como tendría que ser y te ahorrarás frustraciones.

Cuando te enfades por alguna situación, pregúntate qué expectativas tenías y de qué otra manera puedes retocarlas porque sean más proporcionadas a la realidad del momento.

5) Dale opciones

Una buena forma de enseñar a decidir y promover su autonomía en ninguna parte de la obediencia es dejarle elegir entre dos opciones, por ejemplo, decirle: "qué quieres de postre, plátano o mandarina? Prefieres ir al parque o a la ludoteca?"

6) Acepta tu hijo tal y cómo es

Es fácil centrarse en el que todavía no sabe hacer tu hijo, el que cruces que tendría que saber, en el que hace «mal»,...

Cruces que preocupándote de estos asuntos estás beneficiando su aprendizaje. Pero es justamente al contrario. Cuando tu foco está en aquello que falta o te molesta el que le transmites a tu hijo es la sensación que es inadecuado, que te disgusta cómo es y que no está cumpliendo tus expectativas o ideales.

Te suena haberlo sentido cuando eras niño? Seguro que sí. Y recuerdas el que te provocaba? Pues sensación de incapacidad, desaliento, insatisfacción,... Acabas pensante: «por más que haga no están nunca contentos».

Hay que ver el camino hecho y felicitar, animar y motivar.

Y cuando te encuentres con situaciones que hay que reconducir puedes utilizar esta estructura:

DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN INDICAR UNA MANERA DE RECTIFICAR Al /AL HIJO/A SIN ATACAR SU CARÁCTER ENCONTRAR UNA MANERA ALTERNATIVA De ACTUACIÓN: (ejemplo)

«cuando pegas a un niño le haces daño y por eso llora. Porque se sienta mejor puedes pedirle perdón. Cuando te quiera coger una de tus juguetes y a tú no te guste, de qué otra manera le puedes explicar?»

El camino a una relación sana, amorosa y consciente con tus hijos es justamente esto, un camino y no una finalidad.

habrá conflictos, situaciones difíciles y retos, porque forman parte de la vida. Acéptalos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento continuos y date tiempo y oportunidades para mejorar.

Todos estamos en el mismo camino y se hace más placiente si se comparte desde el amor, el respeto y la confianza.

Feliz camino!