Recuperar la cultura del esfuerzo

Una mare ajuda al seu fill a fer els deues

Según el diccionario, esforzarse significa desplegar la fuerza física o moral para vencer una resistencia, o conseguir algo venciendo dificultades. Décadas atrás la cultura del esfuerzo se potenciaba en casa y a las escuelas y se inculcaba a las criaturas la idea que la constancia en el estudio era la clave que traía a las personas a tener éxito en su futuro profesional.

Se consideraba que el aprendizaje era un proceso donde el trabajo constante, la memorización, la atención y el esfuerzo jugaban un papel fundamental para interiorizar todos los conocimientos que teníamos que adquirir.

La constancia en el trabajo se considera poco atractiva

Actualmente, pero, estos valores han quedado relegados a un segundo término, porque las últimas corrientes educativas los consideran obsoletos y pasivos y a cambio fomentan conceptos como participación, experimentación y aprendizaje significativo.

Por lo tanto, hoy en día, la constancia en el trabajo se considera poco atractiva porque se asocia a monotonía y sistematización, conceptos que actualmente tienen muy mala prensa. La memorización se ha dejado de banda argumentando que las nuevas tecnologías nos ofrecen la información que necesitamos de forma instantánea en cualquier lugar y cualquier momento. La atención sostenida en un acontecimiento o un interlocutor concreto también ha dejado de tener sentido, porque el bombardeo simultáneo de informaciones es una realidad palpable y evidente.

Sobreinformació que nos sobrepasa

En consecuencia, el esfuerzo que todo esto nos requería ha dejado de ser necesario y ha dado a una constante sobreestimulació y sobreinformació que muchas veces nos sobrepasa y no sabemos canalizar adecuadamente. Y sinceramente, creo que nos estamos equivocando.

Es cierto que la sociedad actual y la manera como nos llega la información ha cambiado completamente. No podemos negar esta evidencia y sería absurdo enseñar a nuestros alumnos como lo hacíamos treinta años atrás; pero no tenemos que olvidar que:

  • Memorizar aporta cultura y es un entrenamiento por el cerebro.
  • La constancia es básica para lograr una buena base.
  • La atención es aquello que nos permite observar nuestro entorno y nos hace dar cuenta que no somos el ombligo del mundo.
  • Y el esfuerzo da sentido a las cosas.

Esforzarse no tiene que comportar un sacrificio extremo

Pero atención!!! No caigamos en la trampa de obsesionarnos al respeto, como pasaba antiguamente. Esforzarse no tiene que comportar un sacrificio extremo. Esforzarse no quiere decir renunciar a divertirse. Y sobre todo, recordamos que no tenemos que crear expectativas irreales, porque esforzarse no garantiza el premio final, así que también hay que educar a los más pequeños a aceptar que a veces, a pesar del esfuerzo, las cosas no siempre se consiguen.

En conclusión, sin caer en obsesiones, los adultos tendríamos que conseguir no arrinconar estos valores. Tampoco apartarlos de la vida de los niños y adolescentes de hoy. Son 4 pilares fundamentales que dan consistencia a las personas y que, sin duda, contribuyen a hacernos a todos más educados, más cultos, más conocedores de nuestro entorno y más conscientes de quién somos y el que queremos.