Los alimentos energéticos son aquellos que aportan la energía suficiente porque los niños puedan encarar su actividad diaria sin desfallecer y con todas las garantías. Los alimentos energéticos que le aportamos al niño es muy importante para su salud. En su desarrollo tenemos que priorizar hidratos de carbono complejos y limitar los simples como mieles, mermeladas, zumos naturales y envasados, azúcar sea blanco, integral de caña o panela y que según los expertos no pueden superar el 10% de la alimentación.
También tenemos que evitar brioixos, galletas y embutidos y charcutería, que aunque son muy energéticos, tienen un bajo valor nutricional.
Entre otros los hidratos de carbono complejos aportan mucha energía y son ricos en fibra, vitaminas y minerales. Los hidratos de carbono complejos son cadenas largas con muchas moléculas de azúcar unidas entre sí. Estas cadenas se convierten en glucosa con un proceso de absorción lento, obteniendo energía de forma gradual todo el día uno supone un tipo de azúcar muy necesario, como los que citamos a continuación:
- Vegetales de gran interés nutricional como las espinacas o el brécol.
- Frutas, como el plátano, la uva, la chirimoya y los higos y el aguacate.
- Fruta deshidratada, como dátiles, pasas, higos secos.
- Frutos secos naturales o tostada sin sal como la almendra, las nueces, los anacardos, que se pueden empezar a introducir en los 3 años.
- Legumbres: garbanzos, lentejas, guisantes, judías.
- Tubérculos: patata, moniato o batata, remolacha.
- Cereales siempre integrales: arroz, avena, y derivados como pan y pasta integrales.
- El aceite de oliva virgen extra que podemos incluir para aliñar o para cocinar.
- Entonces de sésamo que es podemos usar molidas, tostadas o en crema.
- Los lácteos como enteros como leche, yogur
- Pescados azules como el salmón, el bonito, boquerones...