Tradicionalmente el uso de las plantas ha sido vinculado a temas de salud. Las plantas medicinales son una parte importante del curandero de todas las culturas. La globalización y la influencia otros rincones de mundo han puesto al alcance de todo botiquín un amplio abanico de hierbas, raíces, frutos, entonces... que han enriquecido los vademècums de todas partes.
Los años y las modas han hecho variar la manera de ver y de concebir el mundo de las hierbas. Si en épocas no muy lejanas sólo se recurría a ellas en situaciones concretas (para tratar alguna patología, indisposición o alteración, o como prevención), hoy en día lo hacemos desde una perspectiva más lúdica. No nos tiene que parecer extraño, pues, que los herbolaris se hayan reconvertido y ofrezcan plantas y composiciones de lo más diversa. Sobre todo de hojas de té, que es la bebida más consumida del mundo, superada por el café en Europa. Es por eso que fácilmente ya se pueden encontrar establecimientos de restauración que ofrecen extensas y variadas cartas.
[su_quote]las infusiones y tisanes no son muy nutritivas, pero pueden traer otros compuestos beneficiosos[/su_quote]
Las infusiones o tisanes no las podemos considerar muy nutritivas (por nutrientes entendemos las vitaminas, minerales, grasas, proteínas y carbohidratos), pero sí que nos ofrecen otros compuestos que nos son muy beneficiosos (y en ocasiones perjudiciales), y que más de 10.000 años de historia han demostrado con la práctica. Actualmente la ciencia ha podido identificar y poner nombre a estos compuestos. Son los principios activos (tanins, compuestos fenólicos, cumarines...), y raramente superan el 1% de la composición de la planta.
Existen varias maneras de extraer estos principios activos pero básicamente se utilizan dos: infusión y decocción. La infusión se hace para las partes más blandas de la planta. Se dejan hojas y/o flores de la planta en agua caliente (sin hervir) entre 5 y 10 minutos. La decocción (también llamada tisana) se utiliza para partes más duras como raíces, ramas, cortezas o entonces que necesitan estar un rato en ebullición, de 10 a 20 minutos y otro rato en reposo, unos 10 minutos.
[su_quote]la infusión se hace para las partes más blandas de la planta, mientras que la tisana se hace por las partes más duras como raíces, ramas, cortezas, entonces ...[/su_quote]
En verano y con el calor, venden más de gusto tomarlas frías. Además son una buena alternativa a los refrescos y zumos envasados, en ocasiones excesivamente azucarados. Y nos permite elaborar preparaciones al gusto y situación individual.
Preparar una infusión o una tisana en cantidades suficientes para poderla ir consumiendo durante el día no supone ningún peligro por sus compuestos, siempre y cuando se consuma dentro de las primeras 24 horas. La temperatura tampoco es un inconveniente, así que no hay ningún problema al tomarse una infusión bien fresqueta. Lo único que tenemos que tener presente es no reescalfar la preparación.
[su_quote]las infusiones y tisanes se tienen que tomar durante las 24 horas siguientes a su preparación, y tenemos que tener presente de no reescalfar-las[/su_quote]
No olvidamos, como bien hemos ido explicando, que las hierbas medicinales contienen principios activos y hacer un abuso puede traernos problemas si no conocemos sus funciones. Hay que actuar con responsabilidad y estar informados del que nos tomamos y la cantidad en la que podemos hacerlo de forma segura. Por otro lado, utilizar estas preparaciones como principal fuente de hidratación tampoco está muy recomendado. Las infusiones no tienen que sustituir nunca el consumo habitual de agua.