Las morenas son varices que aparecen en una o más de una vena que pasan por el recto. Las morenas acostumbran a producir dolor y un sangrado moderado, así como secreciones mucosas. Aun así, pueden desencadenar hemorragias fuertes que podrían causar anemias. Además, las morenas externas pueden llegar a tocarse a través del recto.
Las morenas pueden salir en el embarazo, especialmente en las últimas semanas, cuando la circulación sanguínea se hace más lenta y cuando los tejidos de la pelvis quedan dilatados. La predisposición genética, el estreñimiento, la diarrea, el sedentarismo y ciertos hábitos dietéticos, puede fomentar la aparición de hemorroides.
Una vez se detectan morenas tienen que ser supervisadas por un médico especialista para descartar la existencia u otras patologías. Normalmente y si son de baja intensidad, se recomienda la aplicación de una crema que no comporte ningún riesgo por el futuro bebé y la madre y mantener una dieta rica en fibra. Si se sufren morenas las embarazadas no pueden tomar alcohol, también porque puede producir malformaciones congénitas, y las comidas sazonadas. También nos tenemos que lavar bien las manos después de defecar y evitar tocarse las morenas para prevenir infecciones. Podemos aligerar el escozor y el dolor con baños de asiento con agua fría diversas veces al día, el que hará rebajar la medida de las hemorroides. Si las hemorroides son más grandes podemos tratarlas con cirugía. Además y para evitar las morenas es conveniente evitar el estreñimiento adoptando unos hábitos alimentarios correctos.