La episiotomía es una incisión quirúrgica que se hace entre la vulva y el ano, es decir al periné de la madre en el momento del parto. Esta incisión se lleva a cabo una vez se ha supervisado la elasticidad del periné cuándo existe riesgo de sufrimiento fetal y cuando se puede producir un desgarro en esta zona. Normalmente las episiotomías se practican en mujeres que nunca antes han tenido un hijo y la decisión recae en la obstetra en el momento del parto.
La incisión de la episiotomía puede ser vertical y por lo tanto en dirección al recto o lateral, de forma que se hace en línea oblicua desde la vulva hacia un lado o hacia el otro. Esta última es el que más se practica, puesto que protege el ano de posibles lesiones.
La cicatrización de los puntos después de una episiotomía se sitúa hacia los diez días, momento en que empieza a desaparecer la sensación de tirantez. Si el dolor es más fuerte, se inflama la zona o supura, es importante recurre al ginecólogo porque lo supervise.
La zona que ha sufrido una episiotomía tiene que estar neta y se tienen que limpiar los puntos a unas dos veces al día con agua y jabón antiséptico. Posteriormente se tiene que secar bien y usar calcetas de algodón que faciliten la transpiración y compresas estériles hasta que los puntos caigan solo.