El eritema tóxico también conocido como urticaria del neonato, se manifiestan a través de una erupción en la piel muy característica, que desaparece al cabo de pocos días, normalmente sin ningún tipo de tratamiento.
Aproximadamente la mitad de los bebés sufre el eritema tóxico en forma de reacción a la piel. Esta reacción es visible con unos granitos que se asemejan a una picadura de insecto, con una punta de un color entre el blanco y la amarilla. La erupción es manifiesta más en la zona del pecho, pero también a la espalda, así como a la parte superior de las extremidades. El eritema tóxico desaparece en torno las dos semanas de vida y no requiere tratamiento y actualmente se desconoce su origen.