Durante la ida al instituto es normal que los adolescentes aumenten sus niveles de estrés motivado por los deberes, trabajos y exámenes, así como los horarios que tienen que seguir.
La Asociación Americana de Psicología (APA) ha hecho varios estudios sobre el estrés que sufren los adolescentes, advirtiendo que un tercio de ellos no saben utilizar los recursos necesarios para afrontar las situaciones estressants de una forma adecuada.
Según esta asociación los padres podemos ayudar a nuestros hijos e hijas mediante la utilización de unas recomendaciones prácticas:
1- Reconociendo los síntomas y señales del estrés que nos pueden indicar que el adolescente está experimentándolos de una forma poco saludable. Algunos de estos síntomas que podemos detectar son: irritabilidad, preocupación exagerada ante hacer exámenes o trabajos, trastornos del sueño, alteraciones en la alimentación, etc. Tenemos que tener en cuenta que a veces algunos adolescentes intentan rebajar el estrés tomando sustancias ilegales o consumiendo alcohol.
2- Dialogar con ellos cuando lo quieran o necesiten, manifestando nosotros que tenemos interés al ayudarlos y los apoyamos ante sus inquietudes y preocupaciones, mostrándonos empáticos.
3- Enseñarlos estrategias de afrontament saludables, como practicar alguna actividad física como el deporte en equipo, andar, hacer natación, etc. siendo interesando que nosotros podamos hacer con ellos alguna actividad conjunta.
4- Procurar que sigan unos buenos hábitos de salud. Es importante que se los recomendamos dormir la cantidad de horas adecuadas, puesto que los jóvenes tienen tendencia a ir a dormir tarde, puesto que actualmente muchos de ellos se conectan en las redes sociales, ven serías de televisión, etc.
El hecho de estar estresados hace que se alteren las pautas normales del sueño, pero también la falta de sueño hace que aumente el estrés. Es importante que antes de ir a dormir se realicen actividades más tranquilas, como por ejemplo leer o escuchar música relajante (las pantallas, como mesitas, ordenadores o televisión siempre son estimulantes que no ayudan a dormir).
También es importante que los hábitos de alimentación sean adecuados y equilibrados a su edad.
5- Ayudarlos a que se fijen objetivos realistas para solucionar sus problemas a paso y con diferentes alternativas para conseguir sus metas, puesto que a veces se autoexigeixen y se imponen objetivos poco realistas.
Las relaciones con los compañeros y amigos pueden ser también una fuente de estrés por los adolescentes.
6- Ser los padres un modelo de hábitos y comportamientos saludables por nuestros hijos. Una cosa es que los fomentamos y el otro es que nos vean como un ejemplo a seguir en nuestro comportamiento, mediante la práctica de algún deporte o actividad física, no ir a dormir demasiado tarde porque estamos siguiendo algún programa de televisión o estamos conectados al ordenador o que no tomemos medidas para controlar o disminuir nuestro estrés.
7- Establecer rutinas familiares. Hace que ayuden a tranquilizar a los niños y adolescentes. Por ejemplo comer juntos, si es posible al menos para cenar durante la semana, reservar un día para ver una película en familia, programar una salida familiar ...