Que uno de los propósitos más generalizados entre alumnos de sexto de primaria sea "adelgazarse", es un indicador inequívoco que como sociedad, algo no estamos haciendo bien.
Y a pesar de que resulta muy fácil culpar a Instagram, Tik Tok y las redes sociales este hecho, si somos sinceros con nosotros mismos, tenemos que reconocer que esta obsesión para tener un físico atractivo ha existido siempre, incluso, cuando internet todavía no se había inventado.
Así pues, hay que ser conscientes de la realidad y pensar que dos son las causas que fomentan este fenómeno que cada vez va además:
- Intereses económicos muy poderosos que se esconden detrás el culto a la imagen en forma de gimnasios, alimentación, moda, maquillaje, música y otras industrias muy potentes.
- La presión social que hace que los niños y niñas de hoy se familiaricen con estos inputs desde que son muy pequeños, porque actualmente ser madre, ser padre, formar una familia y exhibirla es una realidad que está a la orden del día y es la familia más próxima quién rodea a las criaturas de complementos y accesorios superficiales y los fotografía y graba en vídeo a lo largo de toda su niñez y, en algunos casos, los expone con orgullo a las redes con la mejor de las intenciones.
Por eso no nos tiene que extrañar si el que buscan los niños y niñas de hoy, es sentirse atractivos y sexis desde muy pequeños, porque a pesar de que la familia y la escuela potencian también los valores personales, se hace más publicidad del físico y la moda que de la inteligencia, la empatía o la bondad, aspectos que quedan relegados a un segundo plan frente al alud de mensajes que reciben de sus referentes más inmediatos sobre la imagen y la sexualidad.
Así pues, hay que entender el propósito de las criaturas de hoy para estar primas, porque es el que ven en su entorno desde que han nacido: madres que hacen régimen continuamente, influencers que animan a hacer ejercicio diario para cuidar la línea, adultos que van al gimnasio y cuentan calorías y compañeros que se reflejen en los estereotipos concretos que los rodean.
Por lo tanto, hay que ser realistas. Y dado que no podemos obviar el entorno, solo podemos complementarlo dando mensajes que relativicen determinados objetivos y que fomenten otros para intentar compensar.
Así pues, cuando hablamos con nuestros hijos, hace falta que los inculcamos que:
- Más importando que estar delgado, es estar proporcionado...
- Hacer ejercicio es necesario; pero hacer mucho ejercicio no implica necesariamente tener más salud.
- Una alimentación equilibrada es importante; pero la obsesión por la comida puede acabar resultando patológica.
- Todo tiene su momento: No hay que tener 10 años y querer aparentar 15... No hay que tener 13 años y comportarse cómo si tuviéramos 18... No hay que tener 50 años y querer aparentar 25...
- Cultivar el cuerpo no implica dejar de cultivar la mente...
- La imagen es importante; pero no nos tiene que deslumbrar en exceso...
Porque a pesar de que no podemos luchar contra Goliat, sí que podemos ofrecer alternativas y una visión crítica ante determinadas imposiciones sociales que pueden conducirnos a frustraciones innecesarias.
Para saber más
El culto a la imagen en el aula y a la vida, tabla de este blog que escribí hace un par de años y que expone situaciones concretas que vivimos en las aulas actualmente.
Propósito: adelgazarme, artículo que habla de la visión de un grupo de niñas de sexto sobre la aceptación de su propio cuerpo.
¿Es tan importante la belleza exterior?, artículo que nos ayudará a reflexionar respecto a la imagen y la esclavitud que a veces supone.