6 experimentos científicos

c86910c9d04d7adece8de620be136900

Propuesta de Mamarecicla.

En casa, con materiales muy sencillos, podemos crear auténticos laboratorios donde observar las leyes de la química, la física, la mecánica o la óptica con los más pequeños. Aquí os dejamos algunas ideas.

1. Volcanes de bicarbonato
A. Cubrimos una bandeja con bicarbonato de sodio. Al lado, preparamos algunos colores a partir de colorante alimentario disuelto en agua o acuarelas líquidas, a los cuales añadimos vinagre. Con un cuentagotas los niños pueden ir pintando la bandeja y observando la reacción química (alcalino ácido) y el ruido que hace el vinagre cuando entra en contacto con el bicarbonato.

B. Otra opción consiste a construir un volcán con plastilina, esponja, piedras o alguno otro material, dejando un agujero central por donde subirá la "lava", y colocar en el fondo el bicarbonato. Cuando volquem el preparado colorado de vinagre y un poco de detergente líquido, el volcán entrará en erupción.

2. Jeringuillas con aire y agua
A .Conectamos dos jeringuillas con una sonda de plástico transparente, estando una de ellas con el émbolo totalmente metido hacia adentro y la otra con el émbolo más hacia fuera. Cuando presionamos el émbolo que está más salido, observamos que el otro émbolo se mueve para dejar espacio en el interior de la jeringuilla. Y es que el aire también ocupa espacio!B. Lo podemos volver a hacer con agua y sin los émbolos. Cómo que las dos jeringuillas siguen comunicando entre si, cuando levantamos una u otra, verificamos que el agua se distribuye hasta que los tubos tengan el mismo nivel. Es la teoría de los vasos comunicantes!

3. Vasos comunicantes
Podemos comprobar esta teoría que Galileo formuló jugando con agua de colores. Necesitamos un mínimo de 3 vasos. En los dos de los extremos ponemos la misma cantidad de agua y añadimos dos colores diferentes (con acuarela líquida, colorante alimentario o metiendo un papel pintado con un rotulador que se disuelve al agua). Después cogemos dos trozos de papel de cocina que enrollamos y colocamos haciendo de puente entre cada vaso con agua y lo vas de centro, que está vacío. Despacio empezaremos a ver que el papel de cocina se empapa y que el agua de color empieza a subir. Pasado un tiempo aparecerá agua en el vaso del medio. Al fin de unas horas este movimiento se estabilizará, cuando haya la misma cantidad de agua en los tres vasos. Y, curiosamente, el agua del vaso del medio tendrá un color que será una mezcla de los colores de los otros dos vasos. O sea, que además de comprobar la teoría de los vasos comunicantes, exploraremos también las leyes cromáticas.

4. Cristales de sal
Llenamos dos botes de vidrio con agua caliente y pongamos seis cucharas pequeñas de bicarbonato de sodio. Lo removemos muy bien hasta que la sal se disuelve al agua. Después unimos los dos botes con un hilo de lana, y a las puntas ligamos dos clips para mantenerlo a su lugar. Pasada una semana podremos ver como el agua se ha evaporado de los recipientes y ha impregnado el hilo, dando origen a unos fantásticos cristales de bicarbonato solidificats en el hilo y los botes.

5. Ilusión óptica
Si dibujamos una jaula en un círculo de cartulina y, por detrás, un pájaro (hacia bajo); si le ponemos dos hilos por los lados y le damos vueltas porque queden torcidos; si después estiramos con fuerza los hilos hacia fuera porque el círculo gire rápidamente... se producirá una ilusión óptica: parecerá que el pájaro está dentro de la jaula. Probadlo!

6. Lejía mágica
Todos sabemos que la lejía es capaz de sacar el color de la ropa. El que no sabemos es que también sirve por "despintar" (un truco que todos los ilustradores conocen). Si aplicamos acuarela líquida sobre una hoja y después, con mucha cura, aplicamos lejía con la ayuda de un palillo o un pincel viejo, la tinta empieza a desaparecer porque la lejía "se come" el color que había. Se consiguen efectos muy diferentes si el papel está todavía humid o ya se ha secado completamente, si la tinta es más o menos saturada y si la lejía está concentrado o disuelto en agua.

Si ahora ponemos acuarela líquida en un bote con agua y esperamos que se fusionen (observar este proceso es una maravilla), cuando añadimos lejía el agua vuelve a ser transparente porque se oxidan las moléculas de color.

Jugando también se aprende! La ciencia no es sólo cosa de la escuela: con sal, lejía o colorante, a la mesa de la cocina, podemos descubrir muchas cosas juntos!