El primer móvil
Como padres tenemos que ser conscientes que el móvil es, con diferencia, el objeto más preciado por los niños y adolescentes de hoy
La época de Nadal es el tiempo de regalos por excelencia y seguramente a muchos de vuestros hijos los Reyes o el Padre Noel los habrán traído el primer móvil. Es el momento más deseado para ellos y más temido para nosotros, sobre todo, si el hijo es hijo único o el primero de los hermanos a tener.
Como padres tenemos que ser conscientes que el móvil es, con diferencia, el objeto más preciado por los niños y adolescentes de hoy, lo cual no nos tiene que extrañar, porque también lo es para la mayoría de nosotros. Por los niños, tener móvil propio con conexión en internet supone dejar de ser un pringat instantáneamente. Bajo su prisma, el acceso al móvil implica cambiar de pantalla y pasar oficialmente a formar parte del mundo adolescente que consideran tan goloso. Poder recibir y enviar mensajes por whatsapp, escuchar música por la calle o clicar un like cuando los apetece empodera de mala manera al preadolescent que se convierte en propietario de un número propio de móvil por primera vez. La emoción es espectacular y como padres es importante aprovechar la euforia del momento para poner unas normas de uso claras y contundentes que iremos modificando con el tiempo. Cada familia tendrá que fijarlas en función de su manera de entender la educación y la relación que pretendemos tener con la tecnología; pero es evidente que el móvil marca un antes y uno después respecto a la interacción de nuestros hijos con el mundo y tenemos que dejar muy expuestas las líneas rojas que no estamos dispuestos a dejarlos cruzar. Aquí os proponemos algunas ideas porque cada cual las adapte como crea conveniente.
- El móvil es personal, pero la contraseña de un menor tiene que ser conocida por los adultos.
- Hay de haber un horario de uso y nunca se podrá utilizar el móvil a mesa o a partir de determinada hora por la noche.
- El móvil se tiene que cargar fuera de la habitación.
- Hay que hacer un listado de las actividades que podemos hacer con el móvil (hablar, chatear, escuchar música, hacer fotografías) y las que no (darse de alta a redes sociales, cambiar la configuración, desactivar la ubicación, ocultar la última hora de conexión...) Cada familia tendrá que concretar las que crea más oportunas.
- Hay que contestar siempre con rapidez a las llamadas o mensajes familiares.
- Hay que hablar siempre con corrección y de forma educada. Y en el caso de los chats, hay que recordar que las palabras quedan por escrito y pueden ser interpretadas de formas muy diferentes.
- Está prohibido traer el teléfono a la escuela o habrá que apagarlo sólo entrar.
- Queda prohibido criticar, burlarse o quejarse de alguien por chat. Si hay una conversación inadecuada, hace falta no participar y si las burlas o comentarios van dirigidos a nosotros, hay que comunicarlo a los padres antes de contestar.
- Hay que vigilar con las fotografías y tener cuidado con el postureo. Provoca comentarios que pueden resultar perjudiciales. Aun así, no colgaremos nunca fotos de los otros ni con su permiso, ni mucho menos sin él.
- En un lugar público mantendremos el móvil en silencio para no molestar nadie.
- Internet es una fuente de información genial, pero también está llena de contenido inadecuado. Acceder a escondidas nos hará perder la confianza.
- El punto más importante de todos: tenemos que dejar claro que los padres tenemosla última palabra respecto al uso del móvil y si por alguna razón un día decidimos que el teléfono se tiene que quedar en casa o lo confiscamos por el incumplimiento de alguna norma establecida, el hijo lo tendrá que aceptar aunque se enfade, porque los padres son quienes pagan el móvil y asumen la responsabilidad de su uso y es su potestad decidir sobre el que conviene o hay que hacer en determinadas ocasiones.
Insistimos que cada familia es un mundo y cada cual tiene que poner los límites que considere adecuados; pero es aconsejable ser contundentes al principio, porque siempre estaremos a tiempo de ser más flexibles y permisivos. El que nos interesa por encima de todo, es que los niños se den cuenta que un móvil no es un juguete cualquiera y que es su responsabilidad hacer un buen uso, porque el abuso o una utilización inadecuada los puede traer consecuencias no deseadas.
Mucha suerte en esta nueva y apasionante etapa!