La importancia de la educación nutricional

La importància de l'educació nutricional- Pares i Nens

La Educación Nutricional se tendría que plantear como disciplina por un lado, enmarcada en la llamada Educación por la Salud y de la otra, basada en el seguimiento de un modelo bio-psico-social de salud donde convergen multitud de estudios desde la epidemiología o la psicología del aprendizaje hasta la psicología social, la sociología y la antropología, dibujando un panorama interdisciplinario que se ocupe del desarrollo y la integración de las ciencias de la salud, sociales y conductuales.

Así mismo, la Nutrición Comunitaria se define cómo

[su_quote]el conjunto de actividades vinculadas a la Salud Pública dentro del marco de la Nutrición Aplicada y la promoción de la salud[/su_quote]

El naturópata nutricionista tendría que ser una figura clave en el equipo de nutrición comunitaria donde interactuaría junto con otros profesionales como médicos, enfermeros, terapeutas, trabajadores sociales, docentes de las diferentes etapas de la enseñanza, sociólogos, antropólogos y psicólogos, entre otros.

La tarea del naturópata nutricionista en la educación nutricional tendría que ser esencial para identificar y evaluar problemas nutricionales, así como para intervenir en políticas generales de salud y programas de formación en nutrición.

La educación nutricional en los diferentes ámbitos: la familia y las instituciones educativas

Los comportamientos y los estilos de vida no son asuntos exclusivamente individuales y íntimos, los estilos de vida no se reducen a decisiones individuales, sino que dependen de los límites impuestos por el entorno físico, sociocultural e influenciado directamente por sus medios económicos.

Bajo este supuesto, tendremos en cuenta que la educación nutricional tendría que intervenir en los diferentes contextos en que interactúan niños y jóvenes, sobre todo en el sí de la familia y en la escuela o institutos.

Las recientes publicaciones alrededor de la incidencia de sobrepeso y obesidad en estos grupos de población han provocado la puesta en marcha de numerosos estudios y proyectos nutricionales donde la educación nutricional representa un elemento clave, y, a este respeto, no podemos pensar que la información transmitida a los diferentes colectivos comporta de manera lineal un cambio de comportamiento.

El comportamiento alimentario discurre por factores más allá de los nutricionales. El individuo se encuentra influenciado por acondicionamientos que van desde los puramente biológicos, hasta los ecológicos, económicos, políticos e ideológicos, y es por eso que el planteamiento de cualquier campaña de educación nutricional supone tener en cuenta los mismos. De este modo, la información nutricional transmitida tiene que ir acompañada de una serie de técnicas y métodos que faciliten el cambio de actitud tanto en niños como en jóvenes, teniendo en cuenta los condicionantes que intervienen en las elecciones alimentarias.

El abordaje de la educación nutricional en este colectivo implica la contribución tanto del educador como de la familia, y en el caso de jóvenes, la colaboración de sus iguales. Los diferentes talleres nutricionales a plantear en la actualidad tienen que suponer la contribución de elementos tanto maternos como paternos, de acuerdo con los cambios alimentarios que, cada vez más, muestran la intervención del padre en las tareas del hogar, tanto en la elaboración de comidas como en la compra.

En este sentido, la información nutricional que el niño o el joven traería a casa tendría que ser conocida por el padre y la madre que utilizarían el tiempo libre para escucharlos y realizar varios ejercicios que los permitirían conocer el que han aprendido en la escuela durante las campañas programadas. La cocina se tiene que plantear como el espacio ideal para realizar estas tareas, sobre todo durante la elaboración culinaria donde el encargado de hacerla aprovecharía para reforzar determinados conceptos.

[su_quote]la cocina se tiene que plantear como el espacio ideal para realizar tareas sobre el que los niños y niñas han aprendido en las escuelas, sobre todo durante la elaboración culinaria donde el encargado de hacerla aprovecharía para reforzar determinados conceptos[/su_quote]

También sería interesante la contribución de todos los miembros en la elaboración de la cesta de la compra, tanto en la realización del listado a casa como en el establecimiento habitual de compra.

Del mismo modo, las familias del siglo XXI se enfrentan a la imposibilidad de poder comer con sus hijos debido a la incompatibilidad de horarios y de esta forma, las campañas nutricionales tendrían que contemplar la evaluación nutricional de los menús en los comedores escolares. En este sentido, sería esencial que los familiares tuvieran constancia en todo momento de los menús, para poder complementar en meriendas y cenas la nutrición del niño. Para lo cual, padres y madres recibirían charlas. Se aconseja una al trimestre que serían acordadas con la asociación de madres y padres de la escuela. Los temas tendrían que plantearse en tres bloques: alimentación equilibrada, hábitos saludables y trastornos del comportamiento alimentario. Es importando el refuerzo del tema sobre el ejercicio físico en los primeros bloques.

No hay que decir que los alimentos servidos en los comedores escolares tendrían que ser ecológicos, como ya pasa en otros países de nuestra comunidad con una escalera de valores en verso la salud mucho más desarrollada.

[su_quote]se aconseja que se hagan charlas organizadas por las AMPAs sobre nutrición en la escuela para ayudar a los padres y madres a establecer un cambio de actitud sobre alimentación equilibrada, los hábitos saludables y los trastornos del comportamiento alimentario[/su_quote]

Ya en las instituciones educativas, la formación del profesorado es imprescindible. Para lo cual seria bono por un lado, la incorporación de cursos de formación nutricional, y, de otra, la realización de actividades a los niños y jóvenes de acuerdo con cada una de las edades. Estas actividades serían programadas a primeros de curso, repartiéndose a manera de cuaderno-agenda que el niño haría parte al aula y parte en casa. Al final de curso el equipo de educación nutricional valoraría la tarea tanto del profesor como de la familia.

La complejidad de los cambios de actitudes y comportamientos motivan la reflexión sobre esta disciplina para contribuir a su perfeccionamiento, haciendo necesaria la intervención de todos y cada uno de los agentes que integran el hecho alimentario, y elevándose a factores económicos y políticos, que, por otro lado, son los más difíciles de modificar debido a los intereses en juego. Un ejemplo de esto lo tenemos en la publicidad alimentaria o en los intereses de la industria alimentaria que cada vez más promocionan productos que provocan la confusión. Todo esto nos tiene que hacer reflexionar sobre la educación nutricional y su importancia.

Estamos alimentando bien nuestros niños, niñas, y jóvenes? Y no menos importante, los estamos educando porque en un futuro sepan alimentarse de forma saludable, y tengan buenos hábitos alimentarios?