10 claves para vivir la Navidad con niños sin perder el oremus
Las reuniones familiares de la Navidad son de aquellas fechas que generan nostalgia, recelo e ilusión a partes iguales.
Te transportan a tu propia infancia y también te conectan con el que se ha esfumado de aquella época feliz.
Y el hecho de compartir las Navidades con los pequeños de la casa hace que todo coja un componente más festivo y excitante.
Pero a la vez también hace que la organización pueda ser un caos: encabir reuniones familiares, hacer las compras, preparar comidas multitudinarias, trabajar, cenas de empresa, tener los niños por casa y traerlos a los parques y actividades que hacen, querer compartir ratos familiares con ellos,...
[su_quote]Puede ser una época mucho estresando y esto puede hacer que pierdas la esencia del que quieres transmitir de verdad a tus hijos [/su_quote]
Se hace difícil no perderse en la inercia de estos días, pero no es imposible!
Así pues, como puedes vivir la Navidad con niños de una forma más consciente y sin perder la oremus?
1. Organízate
Seguro que quieres hacer muchas cosas estos días, y tu pareja, tus hijos, los abuelos,... Dedica un rato a apuntar aquellas actividades que queréis hacer y divídelas por orden de importancia. habrá unas actividades que no querrás perderte y otros que puedes prescindir. Coge un calendario y velas anotando de forma que puedas tener flexibilidad. Esto te hará ser consciente del que tienes pensado hacer y el que es razonable hacer para vivir estos días con más tranquilidad.
2. Seas coherente con tus valores
Son unos días que puedes aprovechar para transmitir valores importantes a tus hijos: la generosidad, la familia, el amor incondicional, la paz, la entente, la solidaridad, la gratitud,... Y ya sabes que los valores se transmiten con acciones y actitudes, no con palabras.
Y cuando no somos coherentes con nuestros valores, actuando de forma contraria a ellos, nos sentimos mal.
Una manera de ser más consciente es coger las actividades del calendario y ver qué valores están en juego. Y cuando identifiques alguna actividad que no acaba de ser del todo coherente con el que quieres transmitir, piensa de qué manera la puedes adaptar porque lo sea.
Por ejemplo: puedes practicar el valor de la familia, la colaboración, la creatividad y la entente cocinando juntos algún plato ya sea tradicional o innovador, y haciendo que los niños propongan una decoración particular del plato.
3. Mujer espacio a las diferentes emociones
Estos días tanto los niños como los adultos viven en una tormenta de emociones: ilusión, decepción, impaciencia, frustración, rabia, tristeza, conexión, alegría,... todo un cóctel que a veces puede ser difícil de gestionar.
Para dar espacio a las emociones de todos la clave es no juzgarlas ni condenarlas, sino reconocerlas y expresarlas.
Si estás triste porque recuerdas personas que ya no están, permete't sentir la tristeza y deja que pase. Si eres adulto puedes expresarla escribiendo una carta, y si es un niño puede expresarla haciendo un dibujo.
[su_quote]Es una buena oportunidad para enseñar que las emociones no son buenas ni malas, sino que nos enseñan de qué manera vivimos y pensamos [/su_quote]
4. Acompaña las emociones
No puedes controlar como vivirán los niños la Navidad, si los gustará o no, si serán felices o apáticos, pero puedes aprovechar para acompañar el que sienten y piensan sin juzgarlos.
Tienen derecho a sentirse cómo se sienten, exactamente igual que tú. Así puedes hacerlos de espejo para ayudarlos a identificar sus emociones y expresarlas.
Si por ejemplo ha recibido un regalo que no le ha gustado y sientes que está decepcionado, puedes ayudarlo a identificarlo y poner palabras: "vaya, con la ilusión que te hacía abrir el regalo y parece que no era el que esperabas. Esto puede ser frustrante".
5.Baja las expectativas con tu familia
No puedes controlar como tratarán a tus hijos, así que tengas en cuenta que puede ser que veas actuaciones y respuestas que no te gusten.
Cuando necesites corregir alguna actuación que no te ha gustado puedes: en ninguna parte de "no le digas esto!" utilizar "prefiero que ...". Así estás indicando como te gustaría que lo traten en ninguna parte de señalar el que "han hecho mal".
Todos actuamos con una intención positiva, y cuando comunicas el que prefieres abiertamente es más fácil que lo cumplan.
Además, de este modo estás enseñando a tu hijo una forma de comunicarse más respetuosa y efectiva, a la vez que le transmites los valor del respecto a un mismo y los otros.
6. Comunica tus expectativas a tus hijos antes de la actividad
Para gestionar el comportamiento de tu hijo antes de que nada, comunícale eficientemente que esperas de él: durante la comida espero que no te levantes de la silla sin pedir permiso, si necesitas cualquier cosa pídemela antes.
No quiere decir que tu hijo responda a esta expectativa, pero le pondrás fácil a la hora de saber que esperas de él.
7. Porque la comunicación sea positiva y eficiente dile el que tiene que hacer, en ninguna parte del que no tiene que hacer
En ninguna parte de "no me interrumpas mientras hablo" es más claro decir el que consideras adecuado: "respeta el turno de palabra y espera a que acabe antes de hablar".
8. El reconocimiento es una de las necesidades básicas más potentes de los niños y estos días tienes muchas oportunidades para reconocerlos
Recuerda que la rabia y el enojo tienen su origen en una falta de reconocimiento, así que para evitarlo te propongo que los tengas en cuenta: de qué manera puedes transmitirle que es importante para tú? Por ejemplo escuchándolo con atención, dándole espacio en las reuniones familiares,...
9. Expresa tus emociones con respeto y desde la responsabilidad en ninguna parte de hacerlo desde la culpabilidad
Fácilmente se nos escapan frases que esconden detrás una acusación, convirtiendo al otro en culpable y a tú en víctima. Es normal, es como nos han enseñado a hacerlo y creemos que si hagamos sentir culpable al otro, corregirá su actitud. Pero hay otras maneras de responder.
Por ejemplo: en ninguna parte de "me has decepcionado!" (donde estás culpando al otro de tu estado emocional) puedes hacerte responsable del que sientes con "me siento decepcionado por tu conducta".
De este modo no estás juzgando al otro sino su conducta, y expresas que el que no te gusta no es él sino el que ha hecho.
Otro ejemplo es la típica frase de "me haces sufrir". Si quieres hacerte responsable del que sientes y no ser víctima de tu hijo (con el que le estás dando todo el poder de cómo te sientes a él) puedes cambiarlo por: "yo sufro cuándo... " .
Así puedes darle información de la situación que "te hace sufrir" e incluso puedes conectar con tus necesidades ("porque necesito que...) y hacer una petición: podrías...?
Una situación concreta puede ser: yo sufro cuando en medio de tanta gente me sueltes la mano porque necesito saber donde eres y que estás bien, podrías darme la mano siempre que vamos por la calle?
Pruébalo, suele funcionar mejor expresar el que necesitas y la otra persona puede entender más fácilmente de qué manera puede complacerte.
10. Cuando una situación te sobrepase pregúntate: esto lo recordaré dentro de 5 años?
Es realmente importante?
[su_quote]Céntrate en el que te importa de verdad, vive con más conciencia y sobre todo disfruta de cada momento que te regala la vida [/su_quote]
Espero que estas pautas os sirvan en el día a día, y os animo a irlas incorporando mica en mica, conscientemente, hasta irlas integrando en la manera en cómo unos relacionáis con vuestros hijos e hijas. Veréis como vuestra relación mejorará y os sentiréis mejor.
Hasta la próxima familias, que acabáis de pasar unas mucho felices fiestas de Navidad con alegría y tranquilidad con familia!