Cuento de Nadal: "Luces de la ciudad"
había una vez un niño que se decía Pau y vivía en una casa muy pequeña a las afueras de la ciudad. Su familia era muy pobre.
Su padre trabajaba en una mina sacando carbón, un trabajo muy peligroso y mal pagada. Su madre hacía trabajos en la casa de una familia benestant, y su sueldo también era pequeño. Con ellos, vivían los abuelos maternos, por el que apenas llegaban a final de mes y no podían permitirse ningún tipo de lujo.
Un día, por los alrededores de Nadal, el padre de en Pau le dio unos centimets porque se comprara unos caramelos o algo que le hiciera ilusión. En Pau, feliz de esta ocasión tan extraordinaria, se dirigió hacia la ciudad con la intención de pasar la tarde.
Paseó por las calles sin encontrar nada que pudiera comprar con aquel poco dinero. Mica en mica, se fue tirando oscuro, y las luces de la ciudad se encendieron, y también las luces de Nadal. Embobado de tanta belleza, llegó a una esquina donde se encontraba ajagut en tierra un pobre hombre. Este, iba vestido con ropa rota y sucia. Tenía una barba larga, los ojos oscuros y una mirada tranquilo-la. Lo acompañaba un perro peludo y pequeño que reponía a sus pies.
-Buenas tardes- dijo el hombre.- Por favor, mujer'm un dinero para comprar comer puesto que traigo días sin hacer un bocado.
-Cómo te llamas? respondió en Pau.
-Gustav es mi nombre. Y el tuyo?
- Pau. Traigo unas monedas para comprarme algo, pero veo que tú las necesitas más que yo.
Y sin decir nada más, le dio todo el dinero que llevaba. Contento, pero, de haber ayudado a un hombre pobre, en Pau se volvió a casa y explicó a su familia el que había hecho con su dinero. Todos van encontrar que había hecho bien de ayudar a una persona más pobre que ellos.
En Marc vivía en la ciudad. Su familia era muy rica. Su padre era gerente de una gran empresa y ganaba mucho dinero. Su madre tenía un negocio donde vendía vestidos muy caros. En casa no vivía nadie más, tan sólo un perro pastor que la protegía de los ladrones.
Un buen día, bien cerca de Nadal, el padre de en Marc le dijo:
- Marc, coge estos cien euros y ve a comprarte algo que te guste.
Marc, contento, así lo hizo. Marchó de casa pensante qué se podría comprar esta vez. Andaba por la ciudad
il-luminada por las luces de Nadal, pero no encontraba nada que no tuviera.
De repente se encontró en una esquina, un señor mal vestido, sucio y con barba que se dirigió a él todo diguent-le:
- Buenas tardes. Por favor, necesito un dinero para comprar comer. Hace días que tenemos la barriga vacía mi perro y yo.
- Cómo te llamas?- respondió en Marc.
- Gustav es mi nombre. Y tú?
- Yo me llamo Marc. Traigo un dinero, pero me sabe mucho grave porque mi padre me los ha dado para comprarme algo, y es el que voy a hacer.
- Gracias de todos modos.- contestó Gustav.
En Marc llegó a casa con un juego nuevo por la "play" y comentó con sus padres el que había pasado. Su padre se lo contestó que había obrado bien, que el que tenía que hacer aquel hombre pobre era buscar trabajo y no ir pidiendo dinero a la gente.
Pasaron los días y llegó la noche de Reyes. En Pau y en Marc escribieron sus cartas a los Reyes Magos y las dieron durante la Cabalgata.
El día siguiente, en Pau no se podía creer el que veían sus ojos, la sala de estar de casa suya estaba llena de regalos para él y su familia! La felicidad llenó su hogar.
En Marc, al despertarse, corrió impaciente hacia el comedor, pero vio con gran sorpresa y decepción que los Reyes sólo le habían traído un regalo y por sus padres, ninguno. La tristeza llenó casa suya.
Gustav, que en realidad era un paje real, y los Tres Reyes, Melcior, Gaspar y Baltasar, estaban muy satisfechos del que habían hecho.
- Todo el mundo se merece el que tiene. - dijo Melcior.
- En Pau, un niño pobre, ha dado todo su dinero a en Gustav, mientras que en Marc, de familia rica, ninguno - respondió Baltasar.
- Bien cierto este es el día de Reyes que se merecen cada uno de ellos- dijo en Gaspar.
EN ESTE MUNDO, LA GENEROSIDAD ES UN DON, La AVARICIA, UNA DESGRACIA.
Espero que os haya gustado este cuento que he escrito para todos vosotros, y que nos ha ilustrado Berta de 7 años por Padres y Niños. Gracias Berta!
Os deseo a todos unas mucho Felices Navidades, seáis buenos... jejeje...
J.P